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El linfoma no Hodgkin (NHL) se divide generalmente en dos tipos principales, dependiendo de si comienza en los linfocitos B (células B) o en los linfocitos T (células T).
Existen muchos tipos diferentes de linfoma de células B. El tratamiento generalmente depende del tipo de linfoma y de la etapa (extensión) de la enfermedad, aunque muchos otros factores también pueden ser importantes.
El linfoma difuso de células B grandes (DLBCL, por sus siglas en inglés) tiende a crecer rápidamente.
Casi siempre el tratamiento es quimioterapia (quimio) con cuatro medicamentos que se conocen como CHOP (ciclofosfamida, doxorrubicina, vincristina y prednisona), más el anticuerpo monoclonal rituximab (Rituxan). Este régimen o protocolo, conocido como R-CHOP, se suministra la mayoría de las veces en ciclos con un intervalo de e semanas entre ciclo y ciclo.
Puede que la quimioterapia se suministre siguiendo un régimen o protocolo distinto para personas con problemas del corazón o con otros problemas graves de salud.
Para el linfoma difuso de células B grandes (DLBCL) que se encuentra solamente en uno o dos grupos de ganglios linfáticos del mismo lado del diafragma (el músculo delgado que separa el tórax del abdomen), el R-CHOP se administra a menudo de 3 a 6 ciclos. Esto podría ir seguido de radioterapia administrada a las zonas de los ganglios linfáticos afectados, especialmente si el linfoma es voluminoso.
Las opciones de tratamiento de primera línea para estos tipos de linfoma incluyen R-CHOP y Pola-R-CHP, que es una combinación de los anticuerpos monoclonales polatuzumab vedotin y rituximab, y los medicamentos de quimioterapia ciclofosfamida, doxorrubicina y prednisona. Otros regímenes que incluyen quimioterapia y rituximab también podrían ser opciones.
Después de varios ciclos, los médicos pueden solicitar estudios por imágenes, tales como una exploración de PET (tomografía por emisión de positrones) o una tomografía computarizada (CT) para ver lo bien que funciona el tratamiento.
Las personas que corren más riesgo de que el linfoma regrese más tarde en los tejidos que rodean el cerebro y la médula espinal se pueden tratar con quimioterapia inyectada al líquido cefalorraquídeo (que se llama quimioterapia intratecal). Otra opción es administrar altas dosis de metotrexato por vía intravenosa. (Este medicamento puede llegar al líquido cefalorraquídeo).
La quimioterapia de dosis alta seguida de un trasplante de células madre puede ser una opción en personas jóvenes con un mayor riesgo de que el linfoma regrese, según la puntuación del Índice Internacional de Pronóstico (IPI). Sin embargo, todavía no está claro si los trasplantes son mejores que el tratamiento inicial. Los médicos creen que, si un trasplante se hace como parte del tratamiento inicial, se debe hacer en un estudio clínico.
Si el linfoma no desaparece completamente con el tratamiento o si recurre (regresa), los médicos usualmente recomendarán otro régimen de quimioterapia. Puede que se emplean distintos regímenes o protocolos en los cuales el rituximab podría incluirse o no. De ser posible, y si el tamaño del linfoma se reduce con este tratamiento, puede venir seguido de un trasplante de células madre, ya que ofrece la mejor probabilidad de curar el linfoma. Los trasplantes de células madre no suelen ser efectivos a menos que el linfoma responda a la quimioterapia. Desafortunadamente, no todos los pacientes están lo suficientemente sanos como para recibir un trasplante de células madre.
Otras opciones para el linfoma difuso de células B grandes que ya no responde a la quimioterapia podrían incluir algún tipo de inmunoterapia (como la terapia de células T con CAR o algún anticuerpo monoclonal) o un medicamento de terapia dirigida como el selinexor (Xpovio).
Los estudios clínicos de nuevos tratamientos pueden ser otra buena opción para algunas personas.
El linfoma difuso de células B grandes (DLBCL) se puede curar en casi la mitad de todos los pacientes, pero la etapa de la enfermedad y la puntuación IPI pueden tener un gran efecto en esto. Las personas con DLBCL en etapa baja y con puntuaciones IPI más bajas tienden a tener mejores tasas de supervivencia.
Este linfoma se origina en el espacio entre los pulmones (el mediastino).
Un tratamiento común consiste en 4 a 6 ciclos de quimioterapia CHOP más el rituximab (R-CHOP). Puede que a esto le siga 徱ó al mediastino. Otra opción de tratamiento consiste en 6 ciclos de quimioterapia con dosis ajustadas de etopósido, doxorrubicina y ciclofosfamida con vincristina, prednisona y rituximab (DA-EPOCH-R) que por lo general no requiere ninguna 徱ó.
A menudo se hace una PET o una CT después de la quimioterapia para saber si queda algo de linfoma en el pecho. Si no se observa un linfoma activo con la PET o la CT, el paciente puede estar bajo observación sin tratamiento adicional. Si el resultado de la prueba con PET o CT muestra un posible linfoma activo, puede que se necesite suministrar radioterapia. Antes de comenzar con la radioterapia, el médico podría solicitar una biopsia del tumor del tórax para comfirmar que el linfoma aún está presente.
Si el linfoma regresa o no responde a la quimioterapia, quizá sea una buena opción administrar otro régimen de quimioterapia (posiblemente con un trasplante de células madre) o algún tipo de inmunoterapia como la terapia de células T con CAR o un inhibidor de puntos de control inmunitario.
Este tipo de linfoma a menudo crece lentamente y responde bien al tratamiento, aunque es muy difícil de curar. A menudo regresa después del tratamiento, aunque puede tardar años en reaparecer. No siempre está claro si el linfoma se debe tratar de inmediato, especialmente si el linfoma no está causando más problemas que una hinchazón leve de los ganglios linfáticos. Es posible que algunas personas nunca necesiten ningún tratamiento. Para aquellas que sí lo necesiten, podrían pasar años antes de que haga falta tratamiento.
Si se requiere tratamiento para el linfoma folicular que se encuentra en un solo grupo de ganglios linfáticos o en dos grupos cercanos, ambos ubicados por encima o por debajo del diafragma (el músculo delgado que separa el tórax del abdomen), el tratamiento preferido es radioterapia administrada a las zonas de los ganglios linfáticos afectadas por el linfoma (radioterapia dirigida a la zona afectada o ISRT, por sus siglas en inglés). Otras opciones incluyen el tratamiento con quimioterapia en conjunto con un anticuerpo monoclonal (como el rituximab o el obinutuzumab), o el rituximab por sí solo, al que podría seguirle la radioterapia.
Si se requiere tratamiento, la opción más común es un anticuerpo monoclonal (el rituximab o el obinutuzumab) combinado con quimioterapia. La quimioterapia puede ser un solo medicamento (como la bendamustina) o una combinación de medicamentos, como CHOP (ciclofosfamida, doxorrubicina, vincristina, prednisona) o regímenes CVP (ciclofosfamida, vincristina, prednisona). Otra opción podría ser el fármaco de inmunoterapia lenalidomida, más un anticuerpo monoclonal.
Si algunos ganglios linfáticos son demasiado grandes debido al linfoma, se pueden aliviar los síntomas con 徱ó. Se usa con más frecuencia en pacientes que están demasiado enfermos como para ser tratados con quimioterapia.
Para los pacientes que quizá no puedan tolerar quimioterapia más intensiva, unas buenas opciones incluyen el rituximab por sí solo o el rituximab con medicamentos de quimioterapia más leves (como el clorambucil o la ciclofosfamida).
Si se reduce el tamaño del linfoma o desaparece con el tratamiento inicial, los médicos pueden recomendar un seguimiento minucioso o tratamiento adicional. Esto podría incluir continuar con el anticuerpo monoclonal (el rituximab o el obinutuzumab) hasta durante 2 años. El tratamiento adicional puede reducir la probabilidad de que el linfoma regrese más tarde, y puede ayudar a algunas personas a vivir más tiempo, aunque también puede causar efectos secundarios.
Si el linfoma folicular no responde al tratamiento inicial o si regresa después, se puede tratar con distintos medicamentos de quimioterapia, de terapia dirigida, de inmunoterapia (como la terapia de células T con CAR o algún anticuerpo monoclonal), o alguna combinacion de éstos. Si el linfoma responde a este tratamiento, podría ser una opción hacer un trasplante de células madre.
Un pequeño grupo de linfomas foliculares, conocidos como linfoma de grado 3B, suele crecer rápidamente, como el linfoma difuso de células B grandes (DLBCL). Algunos tipos de linfoma folicular también pueden cambiar (transformarse) o regresar como DLBCL. Estos tipos de linfoma generalmente se tratan como DLBCL (ver información anterior). Su médico revisará todo tratamiento que ya haya recibido para determinar qué opciones de tratamiento podrían ser mejores para usted.
El linfoma linfocítico de células pequeñas y la leucemia linfocítica crónica (SLL y CLL respectivamente, por sus siglas en inglés) se consideran versiones diferentes de la misma enfermedad. La diferencia principal consiste en dónde se encuentran las células cancerosas (en la sangre y en la médula ósea en el caso de la CLL, y en los ganglios linfáticos y en el bazo en el caso del SLL). Tanto la CLL como el SLL suelen crecer lentamente, pero son muy difíciles de curar.
El tratamiento del SLL se parece al de la CLL que se describe con más detalle en el tratamiento de la leucemia linfocítica crónica.
Si el linfoma no está creciendo rápidamente ni causando ningún problema, este puede a menudo mantenerse bajo observación minuciosa y sin tratamiento por un tiempo. Si se necesitara tratamiento, este dependerá de la etapa.
Cuando el linfoma se encuentra únicamente en un ganglio linfático o en una zona de ganglios linfáticos (etapa I), se pueda tratar con radioterapia por sí sola.
En el caso de la enfermedad más avanzada, el tratamiento es a menudo el mismo que el que se usó con la CLL. Las opciones más comunes para el tratamiento de primera línea incluyen un medicamento de terapia dirigida, ya sea un inhibidor de BTK, tal como el ibrutinib (Imbruvica), el acalabrutinib (Calquence) o el zanubrutinib (Brukinsa), o el inhibidor de BCL-2 venetoclax (Venclexta), a veces junto con un anticuerpo monoclonal como el obinutuzumab o el rituximab, o con un segundo fármaco dirigido. La quimioterapia en conjunto con un anticuerpo monoclonal suele ser otra opción. El tratamiento depende de la edad y la salud de la persona, así como de si las células cancerosas tienen ciertos cambios cromosómicos.
Si el linfoma no responde o reaparece después del tratamiento inicial, se pueden probar diferentes medicamentos de quimioterapia, medicamentos dirigidos o inmunoterapia, como también otros anticuerpos monoclonales o terapia de células CAR-T.
A menudo, cuando se detecta el linfoma de células del manto (MCL, por sus siglas en inglés) por primera vez, éste ya se ha propagado ampliamente. Aunque usualmente no crece tan rápido como algunos otros tipos de linfoma de rápido crecimiento, normalmente tampoco responde tan bien al tratamiento. Sin embargo, en los últimos años se ha demostrado que algunos tratamientos más nuevos son útiles.
Si el linfoma de células del manto se ha propagado solo a un grupo de ganglios linfáticos o a dos grupos cercanos en el mismo lado del diafragma (etapa I y algunas etapas II), lo cual es raro, a menudo se puede tratar con radioterapia. Otra opción podría ser quimio más el rituximab, a veces junto con radioterapia.
El linfoma de células del manto que se ha propagado más ampliamente cuando se diagnostica por primera vez generalmente se trata con una combinación de medicamentos de quimioterapia más un medicamento de inmunoterapia (casi siempre el rituximab). Siempre que sea posible, el tratamiento con quimioterapia es intenso, y se emplean varios medicamentos. A veces, el tratamiento incluye alternar entre diferentes conjuntos de medicamentos de quimioterapia. A continuación se incluyen algunos de los nombres de los regímenes (o protocolos) de tratamiento más comunes:
Si su médico recomienda uno de estos regímenes o protocolos, pídale que le explique qué medicamentos incluye y cómo y cuándo se administrarán.
Si el linfoma responde bien al tratamiento inicial, podría ser una buena opción hacer un trasplante de células madre. A esto le suele seguir un medicamento de terapia dirigida (un inhibidor de BTK) más el rituximab durante varios años.
Es posible que en personas mayores o con otros problemas de salud se administren regímenes o protocolos de quimioterapia menos intensos, tales como la bendamustina con el rituximab. A veces se puede incluir otro tipo de medicamento en el tratamiento inicial, tal como un medicamento dirigido como el acalabrutinib (Calquence) o el bortezomib (Velcade), o bien el medicamento de inmunoterapia lenalidomida (Revlimid).
Si el linfoma no responde o si regresa después del tratamiento inicial, entre las opciones se pueden incluir las siguientes:
Un trasplante de células madre también podría ser una opción en algunas situaciones.
Debido a que las líneas de tratamiento posteriores no siempre son útiles para el linfoma de células del manto, también merecería la pena considerar la participación en un estudio clínico.
El linfoma gástrico (del estómago) MALT a menudo ocurre como resultado de una infección crónica por la bacteria H. pylori, y a menudo responde al tratamiento de la infección. Debido a esto, el linfoma gástrico se trata de manera diferente a los otros tipos de linfoma de este grupo.
El linfoma gástrico MALT en su etapa temprana o inicial se trata con antibióticos combinados con medicamentos que bloquean la secreción de ácido en el estómago (llamados inhibidores de la bomba de protones). Por lo general, los medicamentos se administran durante 10 a 14 días, y esto se puede repetir después de un par de semanas. Luego se repite en ciertos intervalos el examen del revestimiento del estómago mediante una endoscopia superior (usando un tubo flexible con una lente que se pasa por la garganta hacia el estómago), para así determinar si el H. pylori ha desaparecido y si el tamaño del linfoma ha disminuido.
Muchos de estos tipos de linfoma desaparecen por completo al tratarlos con antibióticos, pero algunas veces tarda varios meses en ser eficaz. En los casos donde haya que aliviar los síntomas antes de que los antibióticos comiencen a surtir efecto, o donde los antibióticos no reducen el tamaño del linfoma, a menudo el tratamiento preferido es la radioterapia administrada a esa zona. Otra opción puede ser el anticuerpo monoclonal rituximab.
Para estos linfomas gástricos MALT en sus etapas iniciales, el tratamiento usualmente consiste en radioterapia al estómago o en tratamiento con el rituximab.
Para los linfomas gástricos MALT más avanzados, que son raros, el tratamiento a menudo se parece al del linfoma folicular (ver información anterior).
Al linfoma que no está creciendo rápidamente se le puede observar sin tratamiento inmediato.
Si el informa es grande, causa síntomas o está creciendo, se puede tratar con el rituximab por sí solo o con quimioterapia, o con el medicamento de inmunoterapia lenalidomida. Puede que los medicamentos de quimioterapia incluyan agentes (sustancias) como la bendamustina, el clorambucilo o la ciclofosfamida, o combinaciones como CHOP (ciclofosfamida, doxorrubicina, vincristina, prednisona) o CVP (ciclofosfamida, vincristina, prednisona). Otra opción de tratamiento podría ser radioterapia administrada a la región estomacal.
Para el linfoma extraganglionar MALT que comienza en otras partes del cuerpo aparte del estómago (linfoma MALT no gástrico), el tratamiento dependerá de dónde se encuentre el linfoma y de cuánto se haya propagado.
El linfoma en etapa temprana a menudo se puede tratar con 徱ó administrada a la zona que contiene el linfoma. La ܲí puede ser una opción en ciertas partes del cuerpo (como los pulmones, el seno, la tiroides o los intestinos).
En la enfermedad más avanzada (etapa IV), el tratamiento por lo general es el mismo que se emplea tanto para el linfoma MALT gástrico en etapa avanzada como para el linfoma folicular (ver información anterior).
Este tipo de linfoma es poco común y generalmente crece lentamente (indolente), y a menudo no es necesario tratarlo de inmediato. Si requiere tratamiento, por lo general se trata de la misma forma que el linfoma folicular (el cual también suele crecer lentamente).
Si se requiere tratamiento para el linfoma que se encuentra en un solo grupo de ganglios linfáticos o en dos grupos cercanos del mismo lado del diafragma (el músculo delgado que separa el tórax del abdomen), el tratamiento preferido es radioterapia a las zonas de los ganglios linfáticos afectadas por el linfoma (denominada radioterapia dirigida a la zona afectada, o ISRT, por sus siglas en inglés). Otras opciones podrían incluir el tratamiento con el rituximab, con o sin quimioterapia, o el obinutuzumab más quimioterapia. Cualquiera de estas opciones se podría continuar con radioterapia.
Si se requiere tratamiento para estos tipos de linfoma en etapas más avanzadas, la opción más común es el rituximab combinado con quimioterapia. La quimioterapia puede ser un solo medicamento quimioterapéutico (tal como la bendamustina) o una combinación de medicamentos, como el régimen o protocolo CHOP (ciclofosfamida, doxorrubicina, vincristina, prednisona) o el CVP (ciclofosfamida, vincristina, prednisona).
Otras opciones para el tratamiento inicial incluyen el rituximab solo o junto con el medicamento de inmunoterapia lenalidomida. Si algunos ganglios linfáticos son demasiado grandes debido al linfoma, se pueden aliviar los síntomas con 徱ó. Esto se realiza con más frecuencia en personas que están demasiado enfermas como para tratarse con quimioterapia.
Para los pacientes que quizá no puedan tolerar quimioterapia más intensiva, unas buenas opciones incluyen el rituximab por sí solo, medicamentos de quimioterapia más leves (tales como el clorambucil o la ciclofosfamida) o ambos combinados.
Si se reduce el tamaño del linfoma o desaparece con el tratamiento inicial, los médicos pueden recomendar un seguimiento minucioso o tratamiento adicional. Esto podría incluir tratamiento con el rituximab hasta durante 2 años. El tratamiento adicional puede reducir la probabilidad de que el linfoma regrese más tarde, y puede ayudar a algunas personas a vivir más tiempo, aunque también puede causar efectos secundarios.
Si el linfoma no responde al tratamiento inicial o si regresa posteriormente, se puede tratar con otros medicamentos distintos de quimioterapia, de inmunoterapia, de terapia dirigida, o alguna combinación de éstos. Si el linfoma responde a este tratamiento, podría ser una opción hacer un trasplante de células madre.
El linfoma nodal o ganglionar de la zona marginal de células B también puede transformarse en linfoma difuso de células B grandes que crece rápidamente (DLBCL), lo que requeriría una quimioterapia más agresiva (ver información anterior).
Por lo general, este linfoma crece lentamente. Si no causa síntomas, a menudo se le observa minuciosamente sin tratamiento inmediato.
Alrededor de 1 de cada 3 personas con este tipo de linfoma presenta infección crónica por el virus de la hepatitis C (HCV). El tratamiento de la infección con medicamentos antivirales o antivíricos a menudo puede causar que estos linfomas se encojan o desparezcan.
Si eso no funciona, o si una persona no está infectada con el virus de la hepatitis C, el tratamiento con el rituximab suele ser la opción preferida. Otra opción podría ser la ܲí para extraer el bazo. Puede ser muy útil para aliviar los síntomas si el bazo está agrandado.
Si la enfermedad está más avanzada o progresa, usualmente se trata con quimioterapia, ya sea por sí sola o combinada con el rituximab (similar a lo que se utiliza para el linfoma folicular avanzado, que se describió anteriormente). Otra opción podría ser algún medicamento de terapia dirigida como el zanubrutinib (Brukinsa) o el rituximab con la lenalidomida.
En ocasiones, este linfoma se puede convertir en un linfoma de células grandes agresivo, lo cual podría requerir quimioterapia más intensiva.
Este linfoma es de muy rápido crecimiento. El tratamiento depende hasta cierto punto de si el linfoma se considera de bajo o alto riesgo, y de la edad de la persona.
Para algunos linfomas de bajo riesgo en la región abdominal (el vientre), es posible que primero se realice una ܲí para extirpar el tumor.
La quimioterapia (quimio) es el tratamiento principal para el linfoma de Burkitt y, a menudo, es lo suficientemente intensa como para requerir que se administre en el hospital. El anticuerpo monoclonal rituximab también suele formar parte del tratamiento. Algunos ejemplos de regímenes o protocolos de quimioterapia usados con el linfoma de Burkitt incluyen los siguientes:
Debido a que el linfoma de Burkitt tiende a invadir la zona alrededor del cerebro y de la médula espinal, el medicamento de quimioterapia metotrexato se administra a menudo en el líquido cefalorraquídeo (lo que se llama terapia intratecal). Puede que esto no sea necesario si se administran altas dosis del metotrexato como parte del régimen de quimioterapia principal.
Una parte importante del tratamiento inicial de esta enfermedad es asegurarse de que la persona tome mucho líquido y reciba medicamentos como el alopurinol, para ayudar a prevenir el síndrome de lisis tumoral (descrito en Quimioterapia para el linfoma no Hodgkin).
Si el linfoma no desaparece o si regresa después del tratamiento, se puede tratar otro régimen de quimioterapia. Si el linfoma entra en remisión, el médico podría sugerir un trasplante de células madre.
Las opciones de tratamiento para este linfoma podrían incluir quimioterapia o el anticuerpo monoclonal rituximab, o un medicamento dirigido tal como el zanubrutinib.
Este linfoma es de crecimiento lento y tiende a invadir tanto al bazo como a los ganglios linfáticos y la sangre. A menudo, las personas sin síntomas no necesitan tratamiento inmediato.
Cuando el tratamiento es necesario, se administran con más frecuencia los medicamentos de quimioterapia cladribina (2CdA) o pentostatina.
Para saber más, consulte la sección sobre el tratamiento de la leucemia de células pilosas.
Este linfoma comienza en el cerebro o en la médula espinal. A menudo aparece en personas mayores o en las que tienen problemas con el sistema inmunitario debido a una infección por el VIH o a medicamentos administrados para evitar el rechazo de órganos trasplantados. El tratamiento suele incluir 2 fases, conocidas como Իܳó y DzԲDZ岹ó.
Իܳó: A la mayoría de las personas se les trata primero con la quimioterapia (quimio), o con radioterapia, o ambas. Uno de los problemas con administrar quimioterapia para esta enfermedad es que la mayoría de los medicamentos de quimioterapia (anticancerosos) usados para el linfoma no llegan al cerebro cuando se administran por vía intravenosa (IV). En el caso de las personas con un estado de salud razonablemente bueno, se ha demostrado que el tratamiento más eficaz es las dosis altas del medicamento metotrexato administradas por vía intravenosa. Este se administra junto con el medicamento leucovorina y líquidos por vía intravenosa, lo que ayuda a limitar los efectos secundarios serios. También se pueden administrar otros medicamentos de quimioterapia tales como la temozolomida o la citarabina, y el rituximab a menudo forma parte del tratamiento.
Para las personas que no puedan tolerar este tratamiento de dosis elevadas, se pueden probar otros regímenes o protocolos de quimioterapia menos intensivos, o radioterapia por sí sola.
Un problema con la radioterapia administrada al cerebro, sobre todo en las personas mayores, es que a menudo puede causar cambios mentales. Los médicos limitan la dosis de 徱ó para tratar de aliviar este problema.
DzԲDZ岹ó: A menudo se administra un segundo ciclo de tratamiento, conocido como DzԲDZ岹ó, para tratar de eliminar las células de linfoma que quedan en el cuerpo. Si el linfoma parecer haber desaparecido (lo cual se conoce como una respuesta completa), una opción podría consistir en continuar con quimioterapia de dosis elevada seguida de un trasplante de células madre. Otras opciones (incluso si queda algo de linfoma) pueden incluir quimioterapia, radioterapia o alguna combinación de ellas.
Tratamiento del linfoma que no desaparece: Si el linfoma del sistema nervioso central sigue creciendo o regresa después del tratamiento, las opciones adicionales pueden incluir quimioterapia (con medicamentos diferentes), radioterapia, o un trasplante de células madre si la persona está lo suficientemente sana. Las opciones dependerán de los tratamientos que la persona haya recibido antes y de lo bien que el linfoma respondió a los tratamientos.
Casi siempre los médicos tratan este tipo de cáncer mediante radioterapia, quimioterapia (quimio) o con una combinación de ambas.
Se administra radioterapia de rayos (haces) externos cuando el cáncer está confinado en el ojo solamente. Puede que se recomiende la 徱ó dirigida hacia los dos ojos cuando el linfoma se detecte en ambos ojos. Debido a que este tipo de linfoma está comúnmente relacionado con el linfoma del cerebro (linfoma CNS o del sistema nervioso central), a veces ya se ha propagado fuera del ojo o hacia el cerebro cuando se diagnostica el cáncer por primera vez. En tal caso, puede que se incluya radioterapia administrada al cerebro y a la médula espinal porque puede prevenir la propagación del linfoma a estas zonas, o ayudar a destruir las células cancerosas que se encuentren ahí pero que no se detectaron en los estudios por imágenes. Los posibles efectos secundarios de la 徱ó al cerebro y a la médula espinal abarcan dificultad para pensar, así como problemas de concentración y de memoria.
Dependiendo del tipo de linfoma, la quimioterapia puede que se use por sí sola o con la radioterapia, especialmente si se ha salido del ojo o se ha propagado hacia otras partes del cuerpo. Se puede administrar quimioterapia por vena (quimioterapia sistémica) directamente en el líquido cefaloraquídeo (quimioterapia intratecal) o directamente en el ojo (quimioterapia intraocular). En la quimioterapia intraocular se administra una mayor dosis de medicamento al tumor sin causar graves efectos secundarios en otras partes del cuerpo. El metotrexato es el medicamento más comúnmente utilizado, pero puede que también se administren otros.. Puede que también se apliquen anticuerpos monoclonales directamente en el ojo, tal como el rituximab. En ocasiones puede que se use la quimioterapia sistémica junto con la terapia administrada directamente al ojo, tal como la 徱ó externa o la quimioterapia intraocular.
Si el linfoma no responde al tratamiento o si vuelve (hay recurrencia), puede que la quimioterapia en altas dosis seguida de un trasplante de células madre sea una buena opción para algunas personas.
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Almaimani J, Tsoumpas C, Feltbower R, Polycarpou I. FDG PET/CT versus bone marrow biopsy for diagnosis of bone marrow involvement in non-Hodgkin lymphoma: A systematic review. App Sci. 2022;12(2):540.
Freedman AS, Freidberg JW, Aster JC. Clinical presentation and initial evaluation of non-Hodgkin lymphoma. En: Post T, ed. Uptodate. UpToDate; 2022. Accessed September 13, 2023.
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National Comprehensive Cancer Network (NCCN). Practice Guidelines in Oncology: Chronic Lymphocytic Leukemia/Small Lymphocytic Lymphoma. Version 1.2024. Accessed at https://www.nccn.org/professionals/physician_gls/pdf/cll.pdf on December 2, 2023.
Actualización más reciente: enero 22, 2025
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